martes, 27 de septiembre de 2011

Musa de fuego, Javier Burguillo

Hacía ya mucho tiempo que no tenía noticias de mi gran amigo Burgui. Al final, recibo la grata noticia de que ha publicado su ansiado libro de poesía, Musa de fuego. Al leerlo, no puedo evitar la añoranza de mis años salmantinos, el aroma de la cultura que creábamos y, sobretodo, las cañas y los pinchos.

No me ha defraudado Javier, una poesía muy sencilla, limpia y sin pretensiones. Una sinceridad profunda que enlaza con referencias clásicas, castellanas y crísticas. Un paisaje femenino en el que siempre se duda entre el amor carnal y el divino, si no conoces al poeta claro. Una poesía que siempre me gustaba oírle, un verdadero regalo.

Una lectura amplia y compleja al mismo tiempo en la que la reflexión ocupa la gran parte; es, sin más, un dulce libro que disfrutar con calma.

Gracias, Burgui.


domingo, 18 de septiembre de 2011

La ofensa de Ricardo Menéndez Salmón


Sigo con mi intención de ir poniendo títulos que leo y que me parecen interesantes en este blog. Este fin de semana he acudido a las Conversaciones de Formentor este año tenían el nada pretencioso título de "El futuro de la novela"; casi nada. Ha sido interesantísimo, he conocido a grandes escritores, y a otro más pequeñitos, y me he llevado algunos recuerdos, siempre literarios.

Uno de mis descubrimientos, perdón por la ignorancia, ha sido Ricardo Menéndez Salmón. Un asturiano de los que llaman jóvenes o revelación, con 40 tacos, con un discurso muy coherente, profundo y muy simpático. Comentó en su ponencia el libro del que estoy hablando ahora La ofensa que forma parte de una trilogía. Que pienso disfrutar entera.

Mi primera impresión fue material. Me pareció muy pequeña y con la letra muy grande; con lo que estoy leyendo últimamente perfectamente podría haber sido un cuento. Pero no lo es, es una novela. Estamos tan acostumbrados a los tochos, que hemos olvidado la importancia de la esencialidad.

Es una obra muy bien construida y pensada. Yo he encontrado un problema, pero es de tipo personal. Desde que leí Las Benévolas de Jonathan Littell no me la quito de la cabeza, y siendo la temática del mismo enfoque, el punto de vista nazi de la guerra (mutatis mucho mutandis); las imágenes tremendas de esa novela tan brutal me tapaban las de Menéndez Salmón.

Me encanta el personaje principal, en la sencillez con la que está creado pero que a la vez encierra una tremenda complejidad existencial. El hombre humilde que se ve envuelto en una guerra que no entiende y que le desquicia.

Finalmente, la conclusión de la novela es sencillamente espectacular. Una novela para leer rápido y rumiar lento. En cuanto me lea todo lo que he comprado en las conversaciones voy a por los otros dos.

Saludos,